Hoy Tenoch terminó el cursillo de natación. Tanto él como su mamá se divirtieron mucho (que era el propósito) hasta que empezaron las inmersiones. Supongo que ya se le olvidó cuando nadaba dentro de mamá pero eso de sumergirse como que no es lo suyo, con la cabeza afuera y abrazando a mamá o papá todo lo que quieran, pero si hay que sumergirse “yo no juego”.
En cada clase hacía por lo menos un receso para reponer energías y seguir jugando.
Creo que después de todo valió la pena el cursillo: se refrescaba un poco en el agua, se divirtió mucho y nos pasamos unos momentos increíbles con él.