A la peluquería…

domingo, 31 de enero de 2010

Hoy le cortamos el cabello a Tenoch. No lo llevamos a la peluquería porque además de caro, no creo que soporte mucho que algún desconocido le esté “manoseando” el cabello. Así que para evitarnos problemas se lo cortamos con la maquina corta pelo con la que me lo corto yo. Sip, brillante idea.
Realmente se lo cortamos por partes, el viernes le cortamos a los lados. Le pasamos la máquina por el lado derecho e hizo un gesto de desagrado. A la segunda pasada por el mismo lado el gesto se volvió en quejido . Al tercer intento el quejido se volvió llanto y para consolarse se pegó al pecho de su mamá. Una lechita siempre es un buen consuelo. Ya enchufado tomando leche nos dejó hacer lo que quisiéramos así que le terminamos por los dos lados. Así está bien, dijimos nosotros y guardamos la máquina. Sin embargo, el sábado nos dimos cuenta que le seguía haciendo falta de la parte de arriba. Así que hoy le terminamos de peluquear.
Mamá ya estaba lista con el pecho por si hiciera falta pero al pasarle la máquina la primera vez no hubo quejido, ni a la segunda ni a la tercera y entre la tercera y la cuarta... volteó a verme y pidió que se la pasara. Así que me dí rienda suelta, él pidiendo y yo cortando.
¿Cómo quedó? Pues… el cabello crece.

Paseando

sábado, 30 de enero de 2010

Aunque no se suelta todavía, Tenoch camina cada vez con más confianza. Además le gusta mucho caminar y por lo pronto tenemos una forma muy peculiar de pasear. Avanzamos diez pasos. Alto. Saludo con la mano al coche que va pasando. Avanzamos cinco pasos a paso veloz. Alto. Diez pasos hacia atrás. Alto. Mamá cárgame. ¡Una paloma!. Mamá bájame. Perseguimos a la paloma. Voló la paloma. Avanzamos nuevamente pero cambiamos de dirección. Alto. Perseguimos a papá. Alto. Papá nos persigue. Alto. ¡Un perro!. Saludamos al perro. Se fue el perro. Avanzamos. ¿A dónde íbamos?. ¡Un parque!. Vamos al columpio. ¿Qué es eso que está en el suelo?. ¡Tenoch, suelta esa colilla!. Llegamos al columpio. No me quiero subir. Vamos al caballito. Que extraña textura. ¡Tenoch, eso no se chupa!. Seguimos caminando. Se ha hecho tarde, volvemos a casa.

PaseandoPaseando (1) Paseando (2) Paseando (3) Paseando (4)

A la escuela cuando toque!

jueves, 28 de enero de 2010

Zulema acaba de cambiar de revista sobre bebes. Se le venció la suscripción de la anterior y ya no la renovó porque no le gustó mucho, -la verdad es que a mi tampoco me pareció muy buena- y la semana pasada vimos en el puesto de revistas/periódicos –que aquí se llaman kioscos- que una revista regalaba un juguetito tipo rompecabezas de madera –figuras grandes que se encajan en su lugar- y la compramos.

El juguetito le gustó a Tenoch aunque más que encajar las piezas, lo que prefiere es metérselas a la boca. Vaya uso que les da. Pero a nosotros sí nos gustó la revista, tiene muchos artículos y escriben autores que utilizamos como referencia como Rosa Jové, Laura Gutman, Luis Ruiz, Julio Basulto y otros que no conozco pero que supongo serán de la misma línea. Y obviamente la línea de la revista es la crianza con apego.

Además, como en todas las revistas –supongo- vienen resúmenes de investigaciones recientes sobre varios temas, por ejemplo, el tema que más se me quedó grabado es uno relacionado con la estimulación:

En España, y aparentemente cada vez más en México, los niños aprenden a leer antes de entrar a la primaria, creo que ahora es normal que un niño de 5 años sepa leer y escribir –y se de algunos que hasta juegan ajedrez-. Pues resulta que hay unos estudios que dicen que esa practica tiene unos efectos completamente contrarios a los que se pretenden. Aunque España sea uno de los países europeos con mayor contenido de formación preescolar, también es uno de los países con mayor número de abandono escolar en etapas posteriores. Por el contrario está Finlandia, que siempre esta en el primer lugar de los estudios sobre el rendimiento escolar de los alumnos europeos, a pesar de que no empiezan a recibir clases sino hasta que entran a la primaria, a los siete años. Antes de esa edad, los niños sólo juegan.

Quizá estos estudios no sean concluyentes -no lo dice la revista en los dos párrafos que le dedica a este tema- pero por lo pronto me parece un motivo más para no estar de acuerdo con la “estimulación temprana”. A propósito de esto, he pensado (y comentado con algunas personas) que eso de la estimulación es casi un punto obligatorio para hacer sentir a los papás que no están tirando su dinero pagando la guardería de sus hijos. Ahora es muy difícil darse el lujo de vivir con un solo sueldo y por lo mismo es casi imprescindible llevar a los hijos a la guardería. Pero qué van a pensar los papás de una guardería en la que solo lo “cuidan”, es decir, donde solo lo guardan (aunque de ahí venga su nombre), entonces le van aumentando “accesorios” como lunes de estimulación motriz, martes de educación musical, miércoles de pilates, jueves de cálculo diferencial y viernes de trigonometría. Y así se va fomentando la competencia entre papás: “mi hijo ya calcula el área de un triangulo”, “ah, pues mi hijo se brinco el triangulo y ahora está con los cuadriláteros”. Y cada uno busca más y mejores oportunidades de “estimular” a su hijo.

Nosotros ya lo hemos decidido, tenemos pensado darle a Tenoch el mejor estímulo: consentirlo, abrazarlo, cuidarlo, amarlo. Y si quiere aprender algo se lo enseñaremos cuando él lo pida pero no lo obligaremos a saltarse etapas de su vida, solo se vive una vez y quiero que aproveche al máximo cada etapa.

Más fruta

miércoles, 27 de enero de 2010

Tenoch comiendo pera a mordidas. (No me canso de verlo así)

mas fruta

Comiendo pera

Levántenseeeee!!!

viernes, 22 de enero de 2010

Hoy, como todos los días Tenoch se despertó de muy buen humor y con muchas ganas de jugar. La diferencia y el inconveniente fue que eran las 3:00 de la madrugada!!.

Pedía sus juguetes y quería salir de la habitación. Tuvimos que cargarlo y jugar con él, pero sin salir porque sino quién lo para!!. Jugó un rato con su libro y con mi celular y todo el rato estuvimos a media luz. Me hacía el dormido y me daba cabezazos en la panza, se me subía encima y gritaba para que jugáramos. Lo cargué, le hice “caballito”, cantamos, le conté un cuento y todo lo hacía a ritmo lento para que no se alborotara. Así estuvimos como una hora hasta que pidió su lechita y pudimos apagar la luz y se quedó dormido.

Claro que después no había quién me levantara de la cama.

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Disfrazado…

jueves, 21 de enero de 2010

A mí nunca me ha gustado que las mamás disfracen a los niños de “inditos” el 12 de diciembre (sí un poco tarde el tema) porque no le encuentro el sentido. Si tantas ganas tienen que se vistan ellas, el niño qué culpa tiene. Algunas dicen que se lo quieren “ofrecer a la virgen” y yo me pregunto ¿qué necesidad hay de disfrazarlo y pintarrajearle la cara si él ni siquiera se entera de lo qué está sucediendo?.

Estos pensamientos siempre me vienen a la mente cuando se acerca el 12 de diciembre y como bien dicen que “lo que no te gusta ver en tu casa lo has de tener” Zulema disfrazó a Tenoch de Juan Diego. No hice ningún coraje y mucho menos fue motivo de peleas, más bien al contrario, yo le ayude imprimiéndole una imagen de la virgen de Guadalupe y dándole sugerencias durante la elaboración del atuendo. Supongo que este espíritu participativo en este complot contra mi hijo me vino por la nostalgia de las fiestas decembrinas en familia y porque nos enteramos que había más mexicanos de los que creíamos en Castelldefels (la ciudad donde vivimos). No lo se pero por lo que sea que haya sido, respiré aliviado porque al menos no terminó con la carita pintada.

Este año, cuando Tenoch tenga más posibilidades de rebelarse lo apoyaré y lo incitaré para que lo haga y se subleve contra esta forma de “opresión” y coerción contra su libertad de vestimenta. Mientras ese momento llega disfruto recordando lo bien que se veía vestido de “Juan Dieguito” (como le dice su mamá) jejeje.

Sobre las fotos: Lástima que se movía demasiado y no pudimos tomarle una foto bonita pero estas dan una idea de lo bien que le quedó a Zulema el disfraz.

DisfrazadoDisfrazado (2)

… a mordidas!!

domingo, 17 de enero de 2010

Después de un inicio difícil, ahora a Tenoch le gusta mucho la fruta. Especialmente le gusta la mandarina. Al principio le dábamos los gajos para que los mordiera y se los sujetábamos nosotros. Después se los metía él mismo a la boca pero los sacaba en cuanto sentía la pulpa. Y ahora se mete todo el gajo a la boca, lo exprime y saca la “pielecita” cuando ya no le queda jugo que sacarle. Así se puede comer 2 o 3 mandarinas seguidas.

El plátano no le gustaba nada, se lo ofrecíamos raspado con una cuchara pero no lo aceptaba, incluso lo hizo vomitar dos o tres veces. Pero ahora se lo come a mordidas, le gusta mucho.

También le gusta la pera, esa, al igual que la manzana se la dábamos raspada pero como es tan blandita, a veces la cortábamos en lugar de rasparla y le dábamos trocitos. Entonces pasamos a darle por trocitos. Después pasamos a dársela a morder. Se la pelábamos, cortábamos en trozos grande y se los dábamos. Pero hoy la comió a mordidas ¡pero sin pelar!. Estaba caminando por la casa y cogió una pera y la andaba “paseando” y de repente… que le da una mordida, y otra y otra y se comió media pera.

a mordidas

Conduciendo

jueves, 14 de enero de 2010

A Tenoch cada vez le van gustando más los juegos y juguetes de “niños grandes” (jejeje) un ejemplo es que no puede dejar escapar los juegos de motor como coches, animales, trenecitos, lo que sea que mueva con monedas. Aunque, la verdad lo que más le gusta a él es que no se muevan pero de preferencia que tengan música. El cochecito de la primera foto es su preferido porque está en la plaza donde casi siempre lo llevamos a jugar y además tiene una musiquita que, aunque dura poco, lo hace sonreír cuando la escucha.

Conduciendo

Conduciendo (2)

Limpiando…

martes, 12 de enero de 2010

Últimamente, a Tenoch le ha dado por limpiar el suelo cuando se encuentra un trapito, el que sea.

Limpiando

Limpiando (2) Ni qué decir que aprendió por los ejemplos verdad? jeje

Decisiones

sábado, 9 de enero de 2010

Con el inicio del año hemos empezado una nueva etapa en nuestra vida de familia. Zulema ha decidido tomar una pausa en su vida profesional para poder cuidar más a Tenoch y evitar llevarlo a la guardería.

Tomó esta difícil decisión porque Tenoch había faltado a la guardería casi dos meses de tres que estuvo inscrito. Fue todo el mes de septiembre y una semana de octubre. Después le dió bronconeumonía y dejó de ir todo el mes. Durante el tiempo que estuvo ingresado en el hospital –casi dos semanas-, ni Zulema ni yo fuimos a trabajar. Una vez que lo dieron de alta, no regresó a la guardería sino hasta noviembre y mientras tanto Zulema trabajó –o al menos intentó- desde casa.

Después llegó noviembre, y empezó a ir a la guardería otra vez, todo iba bien… hasta el jueves. En la noche empezó con gastroenteritis y luego bronquitis. Las primeras dos semanas de enfermedad, Zulema se quedó con él en casa –porque yo estaba de viaje una semana- y fue cuando decidió salirse de trabajar. Le parecía injusto que le estuvieran pagando y no ir a trabajar –porque en casa, realmente se trabaja más bien poco. Y yo no podía seguir faltando. Para finales de noviembre en tres meses yo había tenido un mes y medio efectivo de trabajo y no podía retrasarme más.

Avisó a su jefe que diciembre sería el último mes de trabajo y con un poco de pena por su decisión, comprendieron que quisiera dedicarle más tiempo a su hijo y le aseguraron que no se cerraban las puertas, que cuando ella quisiera volver, estaban abiertas. Mientras se cumplía el plazo, acordaron que trabajaría solo medio tiempo, yo me quedaba con Tenoch en las mañanas y ella en las tardes.

Así llegó el 31 de diciembre y ahora Zulema se queda con Tenoch todo el día mientras yo voy a trabajar, y hago lo más que puedo para hacer que valga la pena su sacrificio.

Sus compañeros la echarán de menos, así se lo hicieron saber en la comida de despedida que le organizaron, nunca habían coincidido tantos en una comida de despedida. Zulema supo ganarse a todos y cada uno de sus colegas.

Decisiones

Día de reyes

jueves, 7 de enero de 2010

Sorpresa!!

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Reyes-02

Y por la tarde comimos la rosca de reyes, que en España tiene una tradición diferente. Dentro de la rosca se esconde un haba (sí, un haba) y una figura –muñequito-, y tiene la siguiente explicación:

He aquí el roscón de Reyes, de un gran banquete en el cual hay dos sorpresas para los que tengan suerte. En él hay, muy bien ocultas, un haba y una figura; el que lo vaya a cortar hágalo sin travesura. Quien en la boca se encuentre una cosa un tanto dura a lo peor es el haba o a lo mejor la figura. Si el haba es lo encontrado este postre pagarás, más si ello es la figura, coronado y Rey serás.

Por supuesto ya saben a quién se coronó aún antes de cortar la rosca…

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Los regalos de Navidad/Reyes

miércoles, 6 de enero de 2010

Este es el Newsletter de Laura Gutman del mes de diciembre y habla sobre los regalos de navidad. Como en México y en España sigue siendo más importante para los niños (en cuanto a regalos recibidos) la fiesta de los reyes magos que la navidad, casi todo el escrito podría aplicarse a la fiesta del 6 de enero.

Una cosa que me gustaría cambiar de mi niñez respecto a los reyes magos… es la valoración que le daba al hecho de recibir regalos ese día. Yo recuerdo que veía a sus majestades de oriente como una fabrica de hacer juguetes. No quiero decir con esto que me traían todo lo que yo pedía, ni de lejos. Sino que desde un mes antes redactaba mi carta pidiéndole muchos juguetes, recuerdo que mis cartas se componían de frases que empezaban “Quiero toda la colección de…”. Sí, pedía colecciones enteras de starwars, GI Joe, Thundercats, etc etc. Claro que mis sueños/peticiones nunca se vieron realizados -afortunadamente- y rara vez recibía un regalo que hubiera pedido. Pero ahora, cuando miro atrás me habría gustado ser más selectivo en mis peticiones y esperar la fecha con más candidez.

Lo que sí no cambiaría es lo que recuerdo de cada día de reyes. Creo que solo recuerdo dos o tres regalos que recibí, pero lo que si recuerdo muy bien de cada 6 de enero es que mis papás siempre se levantaban con nosotros a jugar y estrenar los juguetes. Esos momentos son invaluables.

Pues lo dicho… cambiemos “Navidad” por “Reyes” (me refiero a la palabra) y el escrito se entiende -y queda, por la fecha- a la perfección.

Los regalos de Navidad

Las ilusiones alrededor de las Navidades de nuestra infancia duraban un año entero. Escribíamos nuestras cartas con esmero, esperando que ese ser mágico vestido de rojo atienda nuestros anhelos. A veces redactábamos “que mi madre no sufra más”, “por favor, que mi padre deje la bebida” y también “quisiera un hermoso vestido”. Claro que había pedidos de regalos costosos, imposibles de ser adquiridos por personas de carne y hueso como los padres de uno. Por eso el pedido era fascinante. Si por casualidad se cumplía, era por gracia de un ser superior.

Más allá del sentido religioso que podía tener para las personas mayores, la Navidad era una fiesta para los niños, porque el mundo brillaba como en un cuento de hadas. Era el momento de cumplir algún sueño y hasta teníamos la fantasía de que todos éramos un poco más buenos. La alegría era inmensa al recibir finalmente un regalo.Uno. Inolvidable.

Hoy la magia tiene más relación con Internet que con descubrir a Papá Noel. Los hechizos duran apenas unos segundos apabullados por la publicidad. El consumo desenfrenado nos induce a comprar y comprar y comprar regalos costosos. Regalos para los niños, para los grandes, para los vecinos, los sobrinos, los nietos, las nueras y los yernos. Usamos nuestras tarjetas de crédito hasta el límite del hartazgo para juguetes, ropas, zapatos, electrónica, o vacaciones.

Posiblemente cuando nuestros hijos sean mayores, no recuerden nada especial en relación a las Noches Buenas. Hoy se convirtieron en cenas fastuosas a las cuales arribamos agotados, tras recorrer centros comerciales, endeudados y a disgusto. Es posible que algo de toda esta vorágine nos deje una sensación de sin sentido cuando se supone que debería ser una época de reflexión y encuentro.

Quizás sea la ocasión perfecta para hacer pequeños movimientos que nos satisfagan más y que llenen de sentido esa noche tan especial. Tal vez podamos instalar cierta intimidad, reunirnos con pocas personas muy allegadas y regalar a cada uno un escrito colmado de agradecimientos. Y para los niños, claro que habrá algo fuera de lo común, algo soñado, esperado, imaginado y en lo posible no muy caro. Los niños tienen derecho a recibir unas palabras que nombren lo orgullosos que sus padres están de ellos y una hermosa carta escrita por Papá Noel felicitándolos por sus virtudes, firmada con letra dorada.

La Navidad puede volver a ser mágica. Todos nosotros estamos en condiciones de ofrecer a los niños pequeños una noche especial, llena de sorpresas y de encanto. Es una sola noche al año. Todas las demás estamos cansados, hartos de nuestras rutinas. Y ese fastidio cotidiano, no hay juguete que lo transforme. Aprovechemos el confort que hemos adquirido, pero agreguemos nuestros recursos emocionales. Un poco de calma, buena música y disponibilidad afectiva, son regalos insuperables.

Laura Gutman

Honrarás… a tu hijo

martes, 5 de enero de 2010

El Newsletter de este mes de Laura Gutman habla sobre honrar a nuestros hijos, a cualquier niño.

Cuando lo leí, desde luego pensé en tantas ocasiones en que les faltamos al respeto, los degradamos y los humillamos. Lo hacemos incluso sin pensarlo o sin darnos cuenta. Ya no digamos la violencia hacia ellos. Los niños son una joya tan preciosa… algo tan sagrado que no merecen siquiera presenciar ningún acto de violencia, o degradante para el genero humano. Y sin embargo escuchan gritos, insultos, y ofensas entre y de los adultos. Los dejamos que aprendan a “matar” antes de aprender a leer o incluso antes de poder hablar bien.

Honrémosles, no dejemos que se degraden, evitemos que esas joyas preciosas sufran ralladuras. Que los niños sean niños todo el tiempo que quieran.

Honremos a nuestros hijos


No hay nada más sagrado que un niño pequeño. Nada más puro, más hermoso y más frágil que un niño pequeño. Por lo tanto, no solo nos corresponde adorarlos, sino cuidarlos como un fino cristal, porque de lo contrario, se rompen para siempre. ¿Qué hacemos frente a una joya única que nos han dado para custodiar? La envolvemos en un manto de terciopelo. Luego la adornamos con cintas de oro. Vigilamos que nadie se acerque. Velamos que no sea manoseada. La acariciamos suavemente para que brille cada día más. La resguardamos de vientos y mareas. La protegemos de violencias humanas. Y en el momento adecuado, la volvemos a entregar al camino. El valor de la alhaja es incalculable y cualquier rasguño que sufra, será nuestra responsabilidad. Solo deteniéndonos a observar la belleza infinita que emana de su luz, podemos vislumbrar el tesoro que llevamos en nuestras manos. Así son nuestros hijos, así de bellos, de luminosos y resplandecientes. Los niños merecen recibir desde el instante en que nacen, nuestro respeto genuino, complaciente y cotidiano. Cosa poco habitual. Quizás por eso sea ésta la más atroz contradicción de nuestra moderna sociedad: No honrar lo más bello y puro que tenemos, se convierte en una masacre colectiva. Por eso, hagamos unos minutos de silencio. Observemos a los niños. Ofrezcámosles nuestras mejores sonrisas, si no tenemos nada más para brindar. Acariciémoslos. Respetémosles el sueño, la vigilia, el hambre, el juego, el ritmo, el contacto, la curiosidad y el derecho a la verdad. Rindámonos ante ellos, tomando en serio cada pedido. Tratemos sus cuerpos con dulzura y dedicación. No los contaminemos con palabras furiosas. Recordemos que en los niños vibra el alma de la excelencia.
Laura Gutman

Feliz 2010!!

domingo, 3 de enero de 2010

Uno de mis propósitos de este año es actualizar más seguido el blog, aunque para ello tendré que aprender a administrar mejor mi tiempo y actividades.

Para empezar este año… decir muy contento que el 24 de diciembre Tenoch se soltó de una mano y empezó a caminar sujetándonos sólo con una, de repente se suelta de la otra y se queda parado solo e incluso a veces da unos dos o tres pasitos antes de aventarse a nuestros brazos. Es realmente muy gratificante.

Otro avance que ha hecho es que ya no come la comida triturada, ahora se la damos en trocitos(muy pequeñitos eso sí) . Justamente ayer fue la primera vez que no le trituramos nada y los va masticando –algunos menos que otros jeje- y parece que le gusta.

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