Estimado lector… siga estas instrucciones:
1. Repita cinco veces en voz alta la palabra MECHE
2. Responda a la pregunta: ¿Qué toman las vacas?
Sea sincero/a ¿respondió leche o meche? Si dijo meche obviamente se ha equivocado pero si dijo leche… también!! las vacas toman agua.
Con este chistecito quiero ejemplificar lo que es obvio pero casi nadie se da cuenta… el ser humano es el único mamífero que toma leche cuando es adulto y también es el único que toma leche de otra especie. Sí, el único. La naturaleza, tan sabia como es, nos proveyó a todos los mamíferos de una enzima capaz de digerir un tipo de azúcar especial que está presente sólo en la leche, no aparece en ningún otro alimento de origen animal ni vegetal: la lactosa. Esta enzima, llamada lactasa, está presente en todas las crías de mamífero para que puedan nutrirse bien tomando la leche materna (de su propia especie). Cuando la cría deja de ser cría y se vuelve adulto, la lactasa desaparece y el individuo ya no es capaz de digerir la lactosa, entonces aparecen los gases, las diarreas, el dolor abdominal, es decir, los síntomas de la intolerancia a la lactosa. La razón de que desaparezca la enzima es por protección de la especie, si un león adulto tomara leche a demanda de la leona, las crías estarían en constante pelea con él (y en obvia desventaja) por alimentarse.
No obstante, desde hace unos miles de años, algunos individuos de ser humano presentan una mutación que les permite digerir la leche aún después de la edad del destete, es decir, de adultos. Sí, una mutación, así que los que podemos digerir la leche somos anormales, lo normal para el ser humano sería no tolerarla, todos deberíamos ser intolerantes a lactosa. Ay a nosotros que nos gusta llevar la contraria.
Según Carlos González (Un regalo para toda la vida):
… La intolerancia a la lactosa en el adulto no es una enfermedad, es lo normal. Los raros, los mutantes, somos los que sí podemos tomar leche.
Hay quien defiende que esa mutación ha sido beneficiosa porque ha permitido explotar una nueva fuente de alimento. Otros responden con certera ironía que tan beneficiosa no habrá sido la mutación, cuando en este planeta sigue habiendo muchos más chinos que suecos.
Se han hecho estudios en China para ver a qué edad desaparece la lactasa del intestino. En algunos niños empieza a desaparecer a los tres años, en otros persiste hasta los doce. Después de los doce años, prácticamente ningún chino tolera la elche. Otra pista que parece indicarnos hasta qué edad es normal tomar el pecho en la especie humana.
En España, con nuestra mezcla de razas, no toleramos la leche tan bien como los cuecos, Se calcula que un 15% de los españoles adultos tienen intolerancia a la lactosa. Normalmente no lo saben, no se han hecho pruebas médicas, no están diagnosticados (¿cómo se puede diagnosticar, si no es una enfermedad?), pero no toman leche. Tampoco es cuestión de todo o nada; muchos pueden tolerar un poquito de lactosa, pero mucha cantidad les sienta mal. … Algunos pueden tolerar derivados de la leche que llevan menos lactosa, como el yogur o el queso.
En Sudamérica la proporción de intolerancia a la lactosa puedes ser muchísimo más alta, según los países.
También quiero añadir el dato que lo que más aprovecha de la leche un adulto humano es la grasa. Ni siquiera el calcio. Hay otros alimentos que permiten aprovechar más el calcio que la leche. Pongo a continuación un documento que se puede leer aquí:
La leche y el calcio
Siempre nos han vendido la leche como la mejor fuente de calcio, pero cada vez hay estudios que demuestran que esto no es así, sino todo lo contrario.
El doctor americano William Ellis, afirma que después de realizar más de 25000 análisis de sangre, halló que los niveles más bajos de calcio correspondían a personas con la costumbre de tomar tres, cuatro o cinco vasos de leche al día.
Un extenso estudio epidemiológico realizado en China Popular y Taiwán sobre varios centenares de factores alimenticios y psicosociales, demuestran, entre otras cosas, el papel desmineralizante de la leche animal en el adulto. Cuando los chinos introducen la leche en sus dietas, se produce un aumento de la osteoporosis. Este hecho parece paradójico, puesto que los chinos bebedores de leche consumen cuatro veces más calcio que los chinos que no la ingieren. No deberíamos sorprendernos por estos resultados, es bien conocido que la osteoporosis es una enfermedad de los países occidentalizados, fuertes consumidores de productos lácteos, que supuestamente la previenen.
Según el equipo de Hsiu y Funk (Universidades de Taipeh y Los Ángeles), la osteoporosis aumenta de forma espectacular en aquellas personas que sin haber tomado nunca leche animal, comienzan a tomarla. Esta pérdida de calcio puede ser debida a la acidez transitoria producida por el exceso de proteínas de los lácteos.
Además, el calcio es generalmente mejor asimilado y utilizado por el cuerpo cuando es ingerido en una relación aproximada 2:1 con respecto al fósforo, y los lácteos tienen contenidos relativamente altos de fósforo en relación al calcio.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que un exceso de calcio podría acumularse en los riñones o en el sistema cardiovascular.
Si verdaderamente nos preocupa tomar calcio en nuestra dieta, deberíamos poner más atención en los productos que alteran el metabolismo del calcio en lugar de tomar más lácteos.
Los sustitutos de la leche
En realidad, podemos alimentarnos perfectamente, sin tener carencias de ningún tipo, prescindiendo de los lácteos. La necesidad de sustituir los lácteos por otros alimentos responde a dos razones: una, la preocupación por el calcio; y la otra, el apego psicológico al "amamantamiento" diario.
Del calcio nos tendríamos que preocupar de las pérdidas más que del suministro e incluir en la dieta una buena cantidad de verduras (repollo, brócoli, nabizas...)
Para aquellos que necesitan seguir tomando un líquido blanco de sabor dulce suave, existe una amplia variedad de leches vegetales. Podemos obtener sabrosas y nutritivas "leches" de arroz, avena, almendras, avellanas, sésamo o chufas. Las venden preparadas, pero también las podemos hacer en casa.
Un consejo: utilizad los lácteos como condimentos para elaborar vuestros platos preferidos, pero no como parte principal de vuestro menú diario. Y si tenéis algún problema semejante a los expuestos anteriormente, no dudéis en suprimir totalmente los lácteos, y armaros de una buena dosis de paciencia para comprobar los resultados, a veces se necesitan varios meses de supresión; cuanto más antiguo sea el proceso, más tiempo necesitaremos.
Así que deberíamos cambiar lo que aprendimos en la escuela sobre la importancia de la leche de vaca en nuestra alimentación y aplicarlo a la leche materna en la alimentación de LOS NIÑOS.