Crianza con apego

martes, 29 de junio de 2010

Bueno, mucho hablar yo de crianza con apego o crianza respetuosa y creo que no he dejado en claro qué es todo eso. Aquí hay una descripción:

¿Qué es la crianza con apego o crianza respetuosa?

Viernes 18 de Mayo de 2007 21:08

También conocida como crianza respetuosa. El término es la adaptación al español del término inglés “attachment parenting” el cual fue acuñado por el pediatra William  Sears en el libro que lleva el mismo nombre.

El pilar fundamental de la crianza respetuosa es la empatía por los niños, la verdadera empatía por sus necesidades y también el conocimiento de lo que realmente necesitan los bebés humanos para su desarrollo emocional.

Muchos de los conceptos que promueve la crianza con apego pueden parecer raras, obsoletas o exóticas, por eso voy a tratar de hilar menudito para que se comprenda bien algo fundamental: lo verdaderamente importante es el bienestar de tu hijo, hay situaciones que la crianza con apego considera básicas pero como ya sabemos, cada familia es un mundo y cada bebé una personita individual con sus gustos, apegos, emociones, etc.

La crianza con apego tiene algunos elementos que han sido estudiados por etnopediatras, pediatras, psiquiatras antropólogos y otros profesionales y tomados como acertados en la crianza de los niños y hasta necesarios. Ésta es sólo una lista, pero cada uno de ellos está bien explicado en los diferentes artículos de la página:

  • Dormir con los hijos

  • El contacto físico permanente con los bebés

  • La lactancia materna a demanda

  • Atender diligentemente los llamados del bebé o niño

  • La no violencia con los niños, verbal y física

La crianza respetuosa no es el cumplimiento a rajatabla de estos conceptos, bueno, el último si debería cumplirse siempre a rajatabla, el punto es que cada familia adapta a su hogar todo aquello que simplifique y armonice su estilo de vida, dándole siempre prioridad al bienestar del bebé y al instinto materno y paterno. El pensamiento principal detrás de estos tópicos es siempre el respeto y el amor al niño en cada una de sus etapas ; por eso hablamos de empatía: ponernos en lugar de esa pequeña personita y proporcionarle un crecimiento armonioso.

Pero para dar ese paso es necesario que nos despojemos un poco y paulatinamente de todas las imposiciones culturales con las cuales convivimos a diario en occidente.

Es muy posible que te suene familiar alguna de las siguientes frases:

  • ¿Tan grande y todavía toma pecho?
  • Ya va siendo hora de que lo destetes
  • ¿Y cuándo lo vas a sacar de tu pieza?
  • Si no lo ponen a dormir en su habitación se malacostumbra y después no lo sacan con nada
  • No lo cargues que se acostumbra a estar en brazos
  • A este le encanta es estar cargado
  • Es mejor una palmadita a tiempo
  • ¡Los niños son muy manipuladores!
  • Hay que enseñarles a ser independientes
  • ¿Todavía no va al jardín? Les hace mucho bien, ¿eh?
  • Al principio se quedan llorando pero es normal
  • ¿No está muy grande para ir cargado?
  • ¿Y cuándo le vas a quitar los pañales?

Estas frases y otras similares nos son dichas a diario a los padres que cometemos tamaños errores con nuestros hijos y dejamos que duerman en nuestra habitación, los cargamos mucho, jamás les pegamos, les permitimos seguir al pecho cuando están “mayorcitos” -a propósito, ¿qué mente iluminada ;) dijo alguna vez cuándo son “demasiado mayorcitos” para tomar pecho?- y acudimos inmediatamente cada vez que nos reclaman. Pues bien, a donde quiero llegar es aquí: todos esas creencias son elaboraciones culturales que van surgiendo con el tiempo casi sin que lo advirtamos ¡y nos invaden! Están por todas partes y lo común es que jamás nos tomamos el tiempo de sentarnos a pensar un poco si tienen algún sentido, si son ciertas, si contradicen nuestro instinto y lo más importante si coinciden con la naturaleza del bebé-niño humano.

Meredith Small en su libro Nuestros hijos y nosotros, nos cuenta cómo la etnopediatría ha demostrado que efectivamente estamos occidentalizando, mejor dicho ya occidentalizamos nuestros cánones de crianza. El noventa por ciento de los bebés de todo el mundo duermen con sus papis por ejemplo ¡y crecen tan saludables e independientes!. Bueno, en realidad no podemos afirmar que ese 90 por ciento crece de esta u otra manera, pero de acuerdo con lo que he  aprendido con mi propio hijo, ni el colecho, ni la lactancia prolongada, ni llevar al bebé cargado, tienen consecuencias negativas de ningún tipo en el desarrollo de nuestros hijos, por el contrario les ayuda a sentar unas bases sólidas de autoestima y esa dependencia de los primeros años hacia nosotros los ayuda a avanzar con seguridad hacia una autonomía saludable y completa.

Eliana Escobar Luján

Criar y amar, el portal de la crianza con apego.

Yo entiendo que debe ser difícil criar a un niño pero creo firmemente que es posible hacerlo sin ningún tipo de violencia. Mucha gente diría que la mayor responsabilidad que tenemos como padres en la crianza es hacer las elecciones correctas para conseguir que con lo que tú le transmitas, tu hijo sea una persona de bien.  Yo creo (y seguramente no soy el único) que lo difícil es justamente lo contrario: NO tomar las decisiones que hagan que una persona, que nace feliz y buena por naturaleza (sí, aún con pecado original y todo lo que le acompaña), se desvíe del camino correcto. Todos los niños son buenos y por lo tanto, todas sus acciones son buenas. Nosotros somos los que les vamos enseñando que hay otra forma de actuar. Una forma en la que se demuestra que el más fuerte (papá) es el que manda; en la que por esa misma fuerza se pueden tomar decisiones sin consultarles; en la que por la fuerza se les puede hacer daño u obligarlos a hacer cosas en contra de su voluntad, como acabarse la comida que papá decidió que debía comer. Creo que todo esto hace que los niños abandonen poco a poco el estado natural de felicidad con que nacen y al final se convierten en adultos cuyo objetivo es ser feliz ya que eso les repiten por todos lados los medios de comunicación y han olvidado que la felicidad era parte de ellos.

Viendo el fútbol

sábado, 12 de junio de 2010

Me disponía a ver el partido Inglaterra – EE. UU., preparé mis trocitos de queso y mi cerveza bebida refrescante, los coloqué junto al sofá, en una silla que, bien adaptada, hacía las veces de mesita, tomé mi sitio, sonó el silbato que dio inicio al partido y… Tenoch se llevaba un trocito de queso. Lo malo no es que se lo llevara sino que no se lo comía, se lo llevaba a la boca, lo probaba, lo volvía a sacar y  lo colocaba en el plato nuevamente.

A la siguiente envestida fue por la lata de cerveza y mientras tanto yo, entre cada intento por esquivar la lata de su manita trataba de convencerlo de que el contenido no era agua precisamente pero él seguía insistiendo: “Aba, aba”.

Luego necesité levantarme y decidí llevarme el plato y  la lata para mayor seguridad, pero al volver ya no estaba mi mesita, ahora se había convertido en una plataforma desde la cual se podía saltar hacía el sofá. Conseguí convencerlo de bajar del sofá y la historia volvió a repetirse: él a intentar llevarse el plato, la bebida o la mesita y yo intentando salvar todo, ver el partido y jugar con él.

Así terminó el primer tiempo, Inglaterra y EE. UU. empatados a uno, el queso a la mitad, la lata de cerveza a punto de terminarse y Tenoch a bañarse que ya era hora de dormir.

El resto del partido no lo disfruté tanto como cuando lo “vi” acompañado de mi hijo.

TAPIRCRO

martes, 8 de junio de 2010

El inconveniente de contar todo por escrito es que un incipiente aficionado, como soy yo, no es capaz de transmitir la esencia de un suceso o situación utilizando solo las palabras escritas. Aún así me voy a atrever y aquí va mi intento. Valga lo anterior como disculpa anticipada, advertidos quedan.

Creo que todos hemos utilizado abreviaciones en el lenguaje oral que son obvias puesto que  escuchadas en el contexto adecuado no pueden significar otra cosa. Por ejemplo, para decir “Hoy hizo mucho calor, ¿verdad?” en realidad decimos “Oi hizo mucho calor vea?”o incluso “oizo mucho calo ea?”, lo cual, como va a acompañado de gestos faciales, hace más fácil la comprensión de la expresión.

Pues bien, estábamos en el museo CosmoCaixa de Barcelona, y hay una sección que se llama “El bosque inundado”, la cual efectivamente emula a un bosque que está inundado. Bueno, no propiamente sino que muestra algunas especies animales que habitan en los bosques. Una de esas especies era un animal cuadrúpedo peludo del tamaño de un cerdo y con la trompa más grande. Zulema CREÍA que era un Tapir y una señora que iba delante de nosotros no recordaba qué animal era así que indirecta y disimuladamente le preguntó a Zulema de qué animal se trataba: “Tapir-cro”, cualquier persona que conozca a mi esposa querida con sentido común habría entendido que realmente estaba diciendo “Tapír, creo” pero la señora no entendía:

- ¿Tapico?

-Tapír-cro

¿Tapirco?

-Tapir-cro

-Ah, ¿Tapircro?

-Tapír-cro

Y la señora se fue a contarle a su marido que se trataba de un

-TAPIRCRO

-¿Qué?

-TAPIRCRO

¿Qué?

-TA-PIR-CRO

-Pues ni idea

Y ese fue el nacimiento de una nueva especie, el TAPIRCRO. Estas son sus fotografías:

Capibara Capibara en el agua

 

P.D. Al final nos enteramos que ni se trataba un tapir ni mucho menos de un tapircro, sino de un CAPIBARA, que, aunque se parece al Tapir (Zulema insistió que pusiera esta aclaración), es el roedor más grande del mundo

Los niños que duermen con los padres…

No me gusta mencionar las ventajas que tiene la crianza con apego ni los beneficios que da los niños. Nosotros no queremos practicar ese método por que “es bueno para…” o “así tendrán menos…”, lo practicamos porque nos gusta y estamos de acuerdo y a gusto con esa forma de crianza.

Lo anterior viene a cuenta porque encontré otra entrevista del pediatra favorito de (las) mamá(s) que se publicó en La Vanguardia y como frase principal de la entrevista pusieron: "Los niños que duermen con sus padres tienen menos problemas". Quizá sí quizá no, pero desde luego no creo que haya sido esa la idea central de la charla. Yo creo que la idea fue: Si tu hijo te llama, atiéndelo, si pide tu atención, dásela, si quiere tu cariño, quiérelo, haz lo que los haga sentir a gusto, tranquilo contigo mismo y que él se sienta igual.

En fin, aquí va la entrevista.

Carlos González: "Los niños que duermen con sus padres tienen menos problemas"

El pediatra, defensor de la lactancia materna, recomienda la crianza natural de los hijos

Raquel Quelart | Barcelona  | 31/03/2010

Tener un hijo es una experiencia trascendente. Es como una semilla que se planta para garantizar el paso a la eternidad. Por eso es tan importante ser padres, más que el dinero o el trabajo, aunque muchas veces a los hijos no se les dedica el tiempo suficiente. Para el pediatra Carlos González, presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), es un grave error. Hay padres que colman a sus hijos de regalos para tapar su falta de atención, cuando lo que necesitan son más horas de padre y de madre. González recomienda no hacer caso de los libros que dan consejos para criar a un niño porque lo mejor es dejarse llevar por el sentido común. Parece extraño que lo diga precisamente él, que acaba de publicar Entre tu pediatra y tú. Pero es lo que le dicta su experiencia como pediatra, pero también como padre de tres hijos, que ya comen y ya duermen.

- ¿Cómo criar bien a un niño?
- Compartiendo el mayor tiempo con él.
- Pero hay muchos padres que tienen que trabajar.
- Sí, pero en el fondo todo el mundo se puede permitir cuidar de sus hijos. Mis padres lo hicieron conmigo. Es cuestión de prioridades.
- ¿De qué prioridades?
- Si quieres poseer muchas cosas materiales o estar más tiempo con ellos. A veces el nivel de vida no depende tanto del dinero que ganas sino de vivir cómo quieres y hacer lo que quieras.
- Sus padres lo educaron así.
- Preferían estar conmigo antes que trabajar, aunque no íbamos de vacaciones ni teníamos coche. Yo he seguido el mismo ejemplo. Cuando nacieron mis tres hijos dejé de trabajar y me dediqué a escribir desde casa, porque ¿hay algo más gratificante que ser padre?
- No lo he podido comprobar.
- Hombre, si eres ministro, premio Nobel o cirujano salvavidas, podría ser que fuera más gratificante, pero si eres un pediatra del montón, un paleta o trabajas en un supermercado, lo que más te gratificará serán tus hijos.
- ¿Por qué tener hijos es tan trascendente?
- Dentro de unas décadas lo único que quedará de nosotros será nuestra descendencia. Lo leí en la calle cuando era adolescente, en una pintada en la pared que decía: "Hay que considerar la posibilidad de que la inmortalidad esté en los hijos".
- Nunca me lo había planteado.
- Cómo sean y cómo vivan dependerá de nosotros.
- ¿Qué significa criar a un niño de forma natural?
- Lo normal en la especie humana es hacer caso de nuestro bebé: cuando llora, cogerlo en brazos; si se despierta, consolarlo… Eso de ponerlo a dormir en una habitación aparte y no acostumbrarlo a los brazos se ha inventado recientemente.
- ¿Y si no quiere dormir solo?
- Sobre todo no hay que dejarlo llorar. Es igual que si llegáramos a casa y nos encontráramos a nuestra esposa sollozando, ¿no sería normal preguntarle qué le ocurre? ¿Y si es mi hijo, voy a pasar de largo y ponerme a leer un libro? ¡Pues claro que me voy a preocupar!
- ¿Qué tiene que hacer un padre si su hijo llora por la noche?
- Pues, hacer caso a su hijo, porque, sino, o bien no le dejarán dormir sus llantos o bien sus remordimientos, que durarán mucho más que los lloros. Y yo no quiero vivir con el recuerdo de que "mi hijo me llamaba y yo no fui".
- ¿También lo podemos meter en nuestra cama?
- Claro que sí. Normalmente es lo más cómodo, aunque hay quien se empeña en levantarse seis veces cada noche para consolar a su hijo, pero no estoy dispuesto a hacer ese sacrificio cuando todo se resuelve metiéndotelo en la cama.
- …
- Yo dormí con mis padres, y mis padres con sus abuelos. La mayoría de la gente también lo ha hecho, pero le cuesta salir del armario porque está mal visto. Dijo Gabriel Mistral que "es amargo todo hombre que nunca haya dormido en el regazo de su madre".
- Pero no hay ningún estudio científico que lo corrobore.
- El prejuicio es pensar que los niños que duermen con sus progenitores son más dependientes. Pero, según algunos estudios, los que pernoctan en la cama de sus padres tienen menos problemas de salud mental.
- Vaya.
- Los padres suelen imponer a sus hijos normas absurdas que hacen sufrir a sus hijos y a ellos mismos. Por ejemplo, no cogerlos en brazos a menudo o dejarlos llorar cuando los ponen a dormir solos.
- Entonces, ¿qué normas hay que seguir?
- Las que quieran los padres, las que les resulten más cómodas de llevar a la práctica. Estoy convencido de que no se necesitan libros para criar a un niño.
- Y lo dice usted que es escritor, además de pediatra.
- Sí, me di cuenta de que muchos padres o bien se sentían preocupados por no poder poner en práctica los consejos que leían en libros o bien se les partía el corazón cuando los aplicaban.
- ¿Los padres se preocupan a veces demasiado por sus hijos?
- En cierto modo sí. Y pienso que es consecuencia de que la mayoría de la gente tiene menos hijos que antes y se preocupa por cosas absurdas. Una madre me llegó a decir que qué podía hacer si a su bebé no le gustaba el calabacín. Pero, ¡si muchos padres con siete hijos ni se cuestionan si estos se alimenten a base de hamburguesas y patatas fritas!
- ¡Qué diferencia!
- Hoy en día el 80% de las madres son novatas porque no llegan a tener más de un hijo.
- Y aún así no consiguen educarlos como quieren.
- En España los niños empiezan a ir a la guardería a los cuatro meses de vida, cuando en países como Alemania sólo van un 6%, y en Finlandia la escuela normal no empieza hasta los siete años. Por no hablar de los padres que dejan al niño una hora antes de empezar las clases y los recogen una hora después de terminarlas.
- Tienen que ir a trabajar.
- Sí, y como muchos se sienten mal, intentan compensarlo dándoles todo su afecto y cariño cuando están con ellos. Pero hay otros padres que, como les han dicho que coger a un niño en brazos o hacerle demasiadas caricias es malcriarlo, optan por comprarles juguetes, aparatos electrónicos y llevarlos de vacaciones, con lo cual necesitan trabajar más y, por tanto, estar menos con sus hijos.
- Es un pez que se muerde la cola.
- A veces sustituimos las cosas realmente importantes, como el contacto, el cariño y el afecto, por cosas materiales. Da pena escuchar a padres con niños adolescentes problemáticos decir "ay, con las horas que he trabajado para que no le faltara de nada", pero a lo mejor lo que necesitaba ese niño eran más horas de padre y de madre.
- Incluso, hay niños que no quieren comer mientras sus madres trabajan.
- Sí, este fenómeno es frecuente en niños de cuatro o seis meses de edad. Es una conducta que se observa sobre todo en bebés que toman el pecho. La mayoría de los niños, si fuera por ellos, estarían mamando hasta los dos o cuatro años.
- ¿La solución es conciliar mejor vida laboral y familiar?
- Efectivamente, tenemos una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Otros países como Suecia tienen dos años de baja por maternidad o reducción de jornada con sueldo entero. Pero en España las ayudas cuando tienes un hijo son una auténtica vergüenza.
- Lo más importante para criar a un bebé es…
- No decirle muchas veces te quiero, porque no lo entiende, hay que demostrárselo: abrázale, bésale mucho y hazle sentir que estarías dispuesto a todo por él.

Descubrimientos

sábado, 5 de junio de 2010

Hace unas semanas Tenoch descubrió los apagadores de la luz y desde entonces nos hemos convertido en el objetivo principal de los grupos ecologistas de la ciudad. Tenemos las luces encendidas a las doce del medio día y aunque mamá y yo aprovechamos cualquier distracción de Tenoch para apagarlas nuevamente, en cuanto Tenoch se da cuenta… corre a encenderlas nuevamente. En fin, veremos cómo llega el recibo de la luz los próximos meses.

También hace poco, hace dos semanas, descubrió que puede hacer caquita (que dilema cada vez que tengo que referirme a este acto, nunca se que palabra utilizar: caquita, popó, caca, ir al baño, hacer del 2) en la taza del baño (inodoro, water, etc).

Antes de bañarlo mamá le quita el pañal y lo deja sin ropa (desnudo, encuerado, en pelotas, etc) mientras prepara las cosas para el baño. Obviamente una de las consecuencias de eso es que tiene que secar los “charquitos” que va dejando Tenoch por toda la habitación y, si puede, por toda la casa. Pues resulta que uno de esos días mamá notó que tenía una cara extraña y le ofreció hacer caquita en el baño. Él aceptó y efectivamente hizo en el inodoro, como “grande” (dicho en su propia versión de la palabra). Aunque esto se ha repetido unas cuantas veces más, creemos que aún no está completamente preparado para dejar el pañal pero por lo menos ya empezó su entrenamiento, y lo mejor es que lo va haciendo voluntariamente. Mientras tanto seguiremos cambiando pañales y secando charquitos.

caquita