Gatos

sábado, 7 de agosto de 2010

Yo nunca he sido especialmente aficionado a los animales y menos a tener mascotas. Para ser honesto los perros me dan miedo, los hurones y cualquier tipo de roedor me dan “cosa” y los gatos no me gustan nada, nada, nada.

A mamá tampoco es que la vuelvan loca los animales y los gatos tampoco le gustan nada, nada, nada.

Pues bien, ahora resulta que a Tenoch le fascinan los gatos. Puede dejar cualquier cosa con tal de ver un gato. Se detiene por la calle cuando ve una mochila, bolsa o camiseta con la cara de Hello Kitty (él me enseñó que “eso” era un gato). Ya identifica las casas donde viven algunos gatos y siempre que va al parque es parada obligada para saludarlos, para colmo hay unos gatos pequeños que se acercan a verlo (a él o a cualquiera que se detenga en la puerta) y él encantado. Tanto le gustan que hasta juega a que es un gatito. Se pone a gatas y ya sabemos que es el indicador para decirle “hola gatito”. Pese a todo esto, dudo mucho que algún día nos convenza de comprarle o adoptar un gato.

También le gusta detenerse en las tiendas de los chinos donde venden los gatos que “dicen ven”. De esos seguro que sí le compramos al menos uno.

gato-chino

Malcriar = criar mal

jueves, 15 de julio de 2010

Este blog se acerca a su fin. Quienes saben los motivos espero que lo comprendan y quienes no lo sepan, acérquense a nuestro representante más cercano (o envíen un correo). Antes de cerrarlo, sin embargo, dejo una entrevista a Carlos González sobre lo que habla en su libro “Bésame mucho, cómo criar a tus hijos con amor”. La entrevista es un poco antigua (de marzo de 2008) pero el contenido es completamente actual.

Como siempre, se trata de priorizar los sentimientos de los niños rebatiendo la famosa “sabiduría popular” de no cargarlos o iniciar tan pronto como se pueda su “proceso de socialización” llevándolos a la guardería. Los niños no “socializan” (lo que sea que eso signifique) antes de los tres años. Hay situaciones en que parece ser realmente necesario, pero una vez más, se trata de establecer prioridades y no llevarlos sólo porque “tienen que aprender a ser sociables”.

Se ha impuesto la moda de no coger en brazos a los niños porque, según se dice, se les malcría.
Pues se trata de todo lo contrario. Malcriar significa criar mal, con poco cariño, sin cubrir las necesidades básicas del niño. La relación con otras personas, particularmente con la madre, es una necesidad básica del ser humano. Por exceso de cariño no se educa mal a nadie.
¿Hasta qué edad es conveniente hacer caso en todo momento al bebé?
Hay que usar la lógica: ¿no pretendemos que se nos haga caso toda la vida a los adultos? Pues con los niños igual. Lo normal es atenderles.
¿Pero no pueden aflorar así generaciones de niños consentidos?
El riesgo está en ofrecerles cosas que uno cree que no hay que darles. Si un niño te pide veinte caramelos, es evidente que no se los vas a dar. Pero el problema es que, según ciertas teorías educativas, a pesar de que el pequeño te pida algo que no es malo para su salud y que está a tu alcance, te dicen que se lo niegues por decreto para que aprenda que no lo puede tener todo. ¡Pero es que eso ya lo va a aprender en la medida que pide cosas imposibles! Por eso, cuando deseen algo tan normal como ser cogidos en brazos, hay que hacerlo. El concepto de prohibir para demostrar quién manda aquí es aberrante.
No parece muy amigo de la frase 'hay que educar frustrando'.
No creo que la frustración eduque. De lo contrario, estarían todos muy instruidos. De las miles de cosas que pide un hijo hay muy pocas que realmente le puedas dar ¡Puñetas, pues démoselas! Si el padre se tiene que ir a trabajar y no puede atender al chaval, qué le vamos a hacer, pero si el poco tiempo que estamos con él nos pide que juguemos y no le hacemos ni caso, ¿qué relación mantenemos? Circulan teorías que dicen que el problema es que los niños están muy consentidos. Eso es falso. A los chavales se les da mucho menos de lo que se ha dado a cualquier otro niño de la historia. No me refiero al que te pide la Play sino al pobre chaval que quiere abrazos, mimos y jugar.
¿La generación que menos afecto recibe de la historia?
Pues sí, por un motivo muy sencillo: nunca antes habían acudido niños de pocos meses a pasar 8 ó 10 horas en una guardería, un recurso que no existía hasta los años 50. Incluso hay quien cree que es una experiencia deseable, porque allí les estimulan. Como mínimo debemos aceptar una cosa: los niños de hoy pasan mucho menos tiempo con sus padres que hace unos años, que es precisamente lo que más quieren. No se puede decir que se salgan siempre con la suya. Es más bien al contrario.
¿Por qué abomina de las guarderías?
En algunos casos son necesarias, pero deberíamos tener bien claro que son un mal menor. El niño está mejor si le cuidan sus propios padres.
Pero en la guardería comienza el proceso de socialización...
Ni mucho menos. Eso es un mito. A los niños de menos de tres años les importa un rábano que haya otro niño al lado. Les ves jugando y no socializan. Sientas a cuatro en el suelo y cada uno está a lo suyo. Los niños socializan cuando son mayores.
No comulga en absoluto con esa visión de niños consentidos, incluso tiranos, que observan psicólogos como Javier Urra.
No me he leído su libro, pero quienes lo han hecho me han dicho que el título espanta aunque su contenido no está mal. Javier Urra, en todo caso, era el Defensor del menor en Madrid. Desde luego que con defensores así no hacen falta fiscales. Si por algún motivo han llegado a criarse los niños como son ahora, no se puede decir que sea por exceso de cariño. Estamos hablando de jóvenes atiborrados de actividades extraescolares, que han crecido entre canguros, que lo han tenido todo menos afecto. Los padres, eso sí, compensan todo ello con muchos juguetes. A ese niño le están dando sustitutos baratos de lo que de verdad es niño pide.
¿Qué opina del famoso Duérmete niño ? ¿Es mano de santo?
Estevil, al autor, propugna dejar al niño llorar un día un minuto, luego tres, cinco... Sí, el sistema funciona. Al cabo de unos días ya no se despierta a media noche ni se molesta en meter ruido porque sabe que sus padres no van a venir. Pero, después de unos años, ¿cómo pretenden esos padres que su hijo les confiese que se droga si desde los dos años le han enseñado que no le van a hacer caso?

Crianza con apego

martes, 29 de junio de 2010

Bueno, mucho hablar yo de crianza con apego o crianza respetuosa y creo que no he dejado en claro qué es todo eso. Aquí hay una descripción:

¿Qué es la crianza con apego o crianza respetuosa?

Viernes 18 de Mayo de 2007 21:08

También conocida como crianza respetuosa. El término es la adaptación al español del término inglés “attachment parenting” el cual fue acuñado por el pediatra William  Sears en el libro que lleva el mismo nombre.

El pilar fundamental de la crianza respetuosa es la empatía por los niños, la verdadera empatía por sus necesidades y también el conocimiento de lo que realmente necesitan los bebés humanos para su desarrollo emocional.

Muchos de los conceptos que promueve la crianza con apego pueden parecer raras, obsoletas o exóticas, por eso voy a tratar de hilar menudito para que se comprenda bien algo fundamental: lo verdaderamente importante es el bienestar de tu hijo, hay situaciones que la crianza con apego considera básicas pero como ya sabemos, cada familia es un mundo y cada bebé una personita individual con sus gustos, apegos, emociones, etc.

La crianza con apego tiene algunos elementos que han sido estudiados por etnopediatras, pediatras, psiquiatras antropólogos y otros profesionales y tomados como acertados en la crianza de los niños y hasta necesarios. Ésta es sólo una lista, pero cada uno de ellos está bien explicado en los diferentes artículos de la página:

  • Dormir con los hijos

  • El contacto físico permanente con los bebés

  • La lactancia materna a demanda

  • Atender diligentemente los llamados del bebé o niño

  • La no violencia con los niños, verbal y física

La crianza respetuosa no es el cumplimiento a rajatabla de estos conceptos, bueno, el último si debería cumplirse siempre a rajatabla, el punto es que cada familia adapta a su hogar todo aquello que simplifique y armonice su estilo de vida, dándole siempre prioridad al bienestar del bebé y al instinto materno y paterno. El pensamiento principal detrás de estos tópicos es siempre el respeto y el amor al niño en cada una de sus etapas ; por eso hablamos de empatía: ponernos en lugar de esa pequeña personita y proporcionarle un crecimiento armonioso.

Pero para dar ese paso es necesario que nos despojemos un poco y paulatinamente de todas las imposiciones culturales con las cuales convivimos a diario en occidente.

Es muy posible que te suene familiar alguna de las siguientes frases:

  • ¿Tan grande y todavía toma pecho?
  • Ya va siendo hora de que lo destetes
  • ¿Y cuándo lo vas a sacar de tu pieza?
  • Si no lo ponen a dormir en su habitación se malacostumbra y después no lo sacan con nada
  • No lo cargues que se acostumbra a estar en brazos
  • A este le encanta es estar cargado
  • Es mejor una palmadita a tiempo
  • ¡Los niños son muy manipuladores!
  • Hay que enseñarles a ser independientes
  • ¿Todavía no va al jardín? Les hace mucho bien, ¿eh?
  • Al principio se quedan llorando pero es normal
  • ¿No está muy grande para ir cargado?
  • ¿Y cuándo le vas a quitar los pañales?

Estas frases y otras similares nos son dichas a diario a los padres que cometemos tamaños errores con nuestros hijos y dejamos que duerman en nuestra habitación, los cargamos mucho, jamás les pegamos, les permitimos seguir al pecho cuando están “mayorcitos” -a propósito, ¿qué mente iluminada ;) dijo alguna vez cuándo son “demasiado mayorcitos” para tomar pecho?- y acudimos inmediatamente cada vez que nos reclaman. Pues bien, a donde quiero llegar es aquí: todos esas creencias son elaboraciones culturales que van surgiendo con el tiempo casi sin que lo advirtamos ¡y nos invaden! Están por todas partes y lo común es que jamás nos tomamos el tiempo de sentarnos a pensar un poco si tienen algún sentido, si son ciertas, si contradicen nuestro instinto y lo más importante si coinciden con la naturaleza del bebé-niño humano.

Meredith Small en su libro Nuestros hijos y nosotros, nos cuenta cómo la etnopediatría ha demostrado que efectivamente estamos occidentalizando, mejor dicho ya occidentalizamos nuestros cánones de crianza. El noventa por ciento de los bebés de todo el mundo duermen con sus papis por ejemplo ¡y crecen tan saludables e independientes!. Bueno, en realidad no podemos afirmar que ese 90 por ciento crece de esta u otra manera, pero de acuerdo con lo que he  aprendido con mi propio hijo, ni el colecho, ni la lactancia prolongada, ni llevar al bebé cargado, tienen consecuencias negativas de ningún tipo en el desarrollo de nuestros hijos, por el contrario les ayuda a sentar unas bases sólidas de autoestima y esa dependencia de los primeros años hacia nosotros los ayuda a avanzar con seguridad hacia una autonomía saludable y completa.

Eliana Escobar Luján

Criar y amar, el portal de la crianza con apego.

Yo entiendo que debe ser difícil criar a un niño pero creo firmemente que es posible hacerlo sin ningún tipo de violencia. Mucha gente diría que la mayor responsabilidad que tenemos como padres en la crianza es hacer las elecciones correctas para conseguir que con lo que tú le transmitas, tu hijo sea una persona de bien.  Yo creo (y seguramente no soy el único) que lo difícil es justamente lo contrario: NO tomar las decisiones que hagan que una persona, que nace feliz y buena por naturaleza (sí, aún con pecado original y todo lo que le acompaña), se desvíe del camino correcto. Todos los niños son buenos y por lo tanto, todas sus acciones son buenas. Nosotros somos los que les vamos enseñando que hay otra forma de actuar. Una forma en la que se demuestra que el más fuerte (papá) es el que manda; en la que por esa misma fuerza se pueden tomar decisiones sin consultarles; en la que por la fuerza se les puede hacer daño u obligarlos a hacer cosas en contra de su voluntad, como acabarse la comida que papá decidió que debía comer. Creo que todo esto hace que los niños abandonen poco a poco el estado natural de felicidad con que nacen y al final se convierten en adultos cuyo objetivo es ser feliz ya que eso les repiten por todos lados los medios de comunicación y han olvidado que la felicidad era parte de ellos.

Viendo el fútbol

sábado, 12 de junio de 2010

Me disponía a ver el partido Inglaterra – EE. UU., preparé mis trocitos de queso y mi cerveza bebida refrescante, los coloqué junto al sofá, en una silla que, bien adaptada, hacía las veces de mesita, tomé mi sitio, sonó el silbato que dio inicio al partido y… Tenoch se llevaba un trocito de queso. Lo malo no es que se lo llevara sino que no se lo comía, se lo llevaba a la boca, lo probaba, lo volvía a sacar y  lo colocaba en el plato nuevamente.

A la siguiente envestida fue por la lata de cerveza y mientras tanto yo, entre cada intento por esquivar la lata de su manita trataba de convencerlo de que el contenido no era agua precisamente pero él seguía insistiendo: “Aba, aba”.

Luego necesité levantarme y decidí llevarme el plato y  la lata para mayor seguridad, pero al volver ya no estaba mi mesita, ahora se había convertido en una plataforma desde la cual se podía saltar hacía el sofá. Conseguí convencerlo de bajar del sofá y la historia volvió a repetirse: él a intentar llevarse el plato, la bebida o la mesita y yo intentando salvar todo, ver el partido y jugar con él.

Así terminó el primer tiempo, Inglaterra y EE. UU. empatados a uno, el queso a la mitad, la lata de cerveza a punto de terminarse y Tenoch a bañarse que ya era hora de dormir.

El resto del partido no lo disfruté tanto como cuando lo “vi” acompañado de mi hijo.

TAPIRCRO

martes, 8 de junio de 2010

El inconveniente de contar todo por escrito es que un incipiente aficionado, como soy yo, no es capaz de transmitir la esencia de un suceso o situación utilizando solo las palabras escritas. Aún así me voy a atrever y aquí va mi intento. Valga lo anterior como disculpa anticipada, advertidos quedan.

Creo que todos hemos utilizado abreviaciones en el lenguaje oral que son obvias puesto que  escuchadas en el contexto adecuado no pueden significar otra cosa. Por ejemplo, para decir “Hoy hizo mucho calor, ¿verdad?” en realidad decimos “Oi hizo mucho calor vea?”o incluso “oizo mucho calo ea?”, lo cual, como va a acompañado de gestos faciales, hace más fácil la comprensión de la expresión.

Pues bien, estábamos en el museo CosmoCaixa de Barcelona, y hay una sección que se llama “El bosque inundado”, la cual efectivamente emula a un bosque que está inundado. Bueno, no propiamente sino que muestra algunas especies animales que habitan en los bosques. Una de esas especies era un animal cuadrúpedo peludo del tamaño de un cerdo y con la trompa más grande. Zulema CREÍA que era un Tapir y una señora que iba delante de nosotros no recordaba qué animal era así que indirecta y disimuladamente le preguntó a Zulema de qué animal se trataba: “Tapir-cro”, cualquier persona que conozca a mi esposa querida con sentido común habría entendido que realmente estaba diciendo “Tapír, creo” pero la señora no entendía:

- ¿Tapico?

-Tapír-cro

¿Tapirco?

-Tapir-cro

-Ah, ¿Tapircro?

-Tapír-cro

Y la señora se fue a contarle a su marido que se trataba de un

-TAPIRCRO

-¿Qué?

-TAPIRCRO

¿Qué?

-TA-PIR-CRO

-Pues ni idea

Y ese fue el nacimiento de una nueva especie, el TAPIRCRO. Estas son sus fotografías:

Capibara Capibara en el agua

 

P.D. Al final nos enteramos que ni se trataba un tapir ni mucho menos de un tapircro, sino de un CAPIBARA, que, aunque se parece al Tapir (Zulema insistió que pusiera esta aclaración), es el roedor más grande del mundo

Los niños que duermen con los padres…

No me gusta mencionar las ventajas que tiene la crianza con apego ni los beneficios que da los niños. Nosotros no queremos practicar ese método por que “es bueno para…” o “así tendrán menos…”, lo practicamos porque nos gusta y estamos de acuerdo y a gusto con esa forma de crianza.

Lo anterior viene a cuenta porque encontré otra entrevista del pediatra favorito de (las) mamá(s) que se publicó en La Vanguardia y como frase principal de la entrevista pusieron: "Los niños que duermen con sus padres tienen menos problemas". Quizá sí quizá no, pero desde luego no creo que haya sido esa la idea central de la charla. Yo creo que la idea fue: Si tu hijo te llama, atiéndelo, si pide tu atención, dásela, si quiere tu cariño, quiérelo, haz lo que los haga sentir a gusto, tranquilo contigo mismo y que él se sienta igual.

En fin, aquí va la entrevista.

Carlos González: "Los niños que duermen con sus padres tienen menos problemas"

El pediatra, defensor de la lactancia materna, recomienda la crianza natural de los hijos

Raquel Quelart | Barcelona  | 31/03/2010

Tener un hijo es una experiencia trascendente. Es como una semilla que se planta para garantizar el paso a la eternidad. Por eso es tan importante ser padres, más que el dinero o el trabajo, aunque muchas veces a los hijos no se les dedica el tiempo suficiente. Para el pediatra Carlos González, presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), es un grave error. Hay padres que colman a sus hijos de regalos para tapar su falta de atención, cuando lo que necesitan son más horas de padre y de madre. González recomienda no hacer caso de los libros que dan consejos para criar a un niño porque lo mejor es dejarse llevar por el sentido común. Parece extraño que lo diga precisamente él, que acaba de publicar Entre tu pediatra y tú. Pero es lo que le dicta su experiencia como pediatra, pero también como padre de tres hijos, que ya comen y ya duermen.

- ¿Cómo criar bien a un niño?
- Compartiendo el mayor tiempo con él.
- Pero hay muchos padres que tienen que trabajar.
- Sí, pero en el fondo todo el mundo se puede permitir cuidar de sus hijos. Mis padres lo hicieron conmigo. Es cuestión de prioridades.
- ¿De qué prioridades?
- Si quieres poseer muchas cosas materiales o estar más tiempo con ellos. A veces el nivel de vida no depende tanto del dinero que ganas sino de vivir cómo quieres y hacer lo que quieras.
- Sus padres lo educaron así.
- Preferían estar conmigo antes que trabajar, aunque no íbamos de vacaciones ni teníamos coche. Yo he seguido el mismo ejemplo. Cuando nacieron mis tres hijos dejé de trabajar y me dediqué a escribir desde casa, porque ¿hay algo más gratificante que ser padre?
- No lo he podido comprobar.
- Hombre, si eres ministro, premio Nobel o cirujano salvavidas, podría ser que fuera más gratificante, pero si eres un pediatra del montón, un paleta o trabajas en un supermercado, lo que más te gratificará serán tus hijos.
- ¿Por qué tener hijos es tan trascendente?
- Dentro de unas décadas lo único que quedará de nosotros será nuestra descendencia. Lo leí en la calle cuando era adolescente, en una pintada en la pared que decía: "Hay que considerar la posibilidad de que la inmortalidad esté en los hijos".
- Nunca me lo había planteado.
- Cómo sean y cómo vivan dependerá de nosotros.
- ¿Qué significa criar a un niño de forma natural?
- Lo normal en la especie humana es hacer caso de nuestro bebé: cuando llora, cogerlo en brazos; si se despierta, consolarlo… Eso de ponerlo a dormir en una habitación aparte y no acostumbrarlo a los brazos se ha inventado recientemente.
- ¿Y si no quiere dormir solo?
- Sobre todo no hay que dejarlo llorar. Es igual que si llegáramos a casa y nos encontráramos a nuestra esposa sollozando, ¿no sería normal preguntarle qué le ocurre? ¿Y si es mi hijo, voy a pasar de largo y ponerme a leer un libro? ¡Pues claro que me voy a preocupar!
- ¿Qué tiene que hacer un padre si su hijo llora por la noche?
- Pues, hacer caso a su hijo, porque, sino, o bien no le dejarán dormir sus llantos o bien sus remordimientos, que durarán mucho más que los lloros. Y yo no quiero vivir con el recuerdo de que "mi hijo me llamaba y yo no fui".
- ¿También lo podemos meter en nuestra cama?
- Claro que sí. Normalmente es lo más cómodo, aunque hay quien se empeña en levantarse seis veces cada noche para consolar a su hijo, pero no estoy dispuesto a hacer ese sacrificio cuando todo se resuelve metiéndotelo en la cama.
- …
- Yo dormí con mis padres, y mis padres con sus abuelos. La mayoría de la gente también lo ha hecho, pero le cuesta salir del armario porque está mal visto. Dijo Gabriel Mistral que "es amargo todo hombre que nunca haya dormido en el regazo de su madre".
- Pero no hay ningún estudio científico que lo corrobore.
- El prejuicio es pensar que los niños que duermen con sus progenitores son más dependientes. Pero, según algunos estudios, los que pernoctan en la cama de sus padres tienen menos problemas de salud mental.
- Vaya.
- Los padres suelen imponer a sus hijos normas absurdas que hacen sufrir a sus hijos y a ellos mismos. Por ejemplo, no cogerlos en brazos a menudo o dejarlos llorar cuando los ponen a dormir solos.
- Entonces, ¿qué normas hay que seguir?
- Las que quieran los padres, las que les resulten más cómodas de llevar a la práctica. Estoy convencido de que no se necesitan libros para criar a un niño.
- Y lo dice usted que es escritor, además de pediatra.
- Sí, me di cuenta de que muchos padres o bien se sentían preocupados por no poder poner en práctica los consejos que leían en libros o bien se les partía el corazón cuando los aplicaban.
- ¿Los padres se preocupan a veces demasiado por sus hijos?
- En cierto modo sí. Y pienso que es consecuencia de que la mayoría de la gente tiene menos hijos que antes y se preocupa por cosas absurdas. Una madre me llegó a decir que qué podía hacer si a su bebé no le gustaba el calabacín. Pero, ¡si muchos padres con siete hijos ni se cuestionan si estos se alimenten a base de hamburguesas y patatas fritas!
- ¡Qué diferencia!
- Hoy en día el 80% de las madres son novatas porque no llegan a tener más de un hijo.
- Y aún así no consiguen educarlos como quieren.
- En España los niños empiezan a ir a la guardería a los cuatro meses de vida, cuando en países como Alemania sólo van un 6%, y en Finlandia la escuela normal no empieza hasta los siete años. Por no hablar de los padres que dejan al niño una hora antes de empezar las clases y los recogen una hora después de terminarlas.
- Tienen que ir a trabajar.
- Sí, y como muchos se sienten mal, intentan compensarlo dándoles todo su afecto y cariño cuando están con ellos. Pero hay otros padres que, como les han dicho que coger a un niño en brazos o hacerle demasiadas caricias es malcriarlo, optan por comprarles juguetes, aparatos electrónicos y llevarlos de vacaciones, con lo cual necesitan trabajar más y, por tanto, estar menos con sus hijos.
- Es un pez que se muerde la cola.
- A veces sustituimos las cosas realmente importantes, como el contacto, el cariño y el afecto, por cosas materiales. Da pena escuchar a padres con niños adolescentes problemáticos decir "ay, con las horas que he trabajado para que no le faltara de nada", pero a lo mejor lo que necesitaba ese niño eran más horas de padre y de madre.
- Incluso, hay niños que no quieren comer mientras sus madres trabajan.
- Sí, este fenómeno es frecuente en niños de cuatro o seis meses de edad. Es una conducta que se observa sobre todo en bebés que toman el pecho. La mayoría de los niños, si fuera por ellos, estarían mamando hasta los dos o cuatro años.
- ¿La solución es conciliar mejor vida laboral y familiar?
- Efectivamente, tenemos una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Otros países como Suecia tienen dos años de baja por maternidad o reducción de jornada con sueldo entero. Pero en España las ayudas cuando tienes un hijo son una auténtica vergüenza.
- Lo más importante para criar a un bebé es…
- No decirle muchas veces te quiero, porque no lo entiende, hay que demostrárselo: abrázale, bésale mucho y hazle sentir que estarías dispuesto a todo por él.

Descubrimientos

sábado, 5 de junio de 2010

Hace unas semanas Tenoch descubrió los apagadores de la luz y desde entonces nos hemos convertido en el objetivo principal de los grupos ecologistas de la ciudad. Tenemos las luces encendidas a las doce del medio día y aunque mamá y yo aprovechamos cualquier distracción de Tenoch para apagarlas nuevamente, en cuanto Tenoch se da cuenta… corre a encenderlas nuevamente. En fin, veremos cómo llega el recibo de la luz los próximos meses.

También hace poco, hace dos semanas, descubrió que puede hacer caquita (que dilema cada vez que tengo que referirme a este acto, nunca se que palabra utilizar: caquita, popó, caca, ir al baño, hacer del 2) en la taza del baño (inodoro, water, etc).

Antes de bañarlo mamá le quita el pañal y lo deja sin ropa (desnudo, encuerado, en pelotas, etc) mientras prepara las cosas para el baño. Obviamente una de las consecuencias de eso es que tiene que secar los “charquitos” que va dejando Tenoch por toda la habitación y, si puede, por toda la casa. Pues resulta que uno de esos días mamá notó que tenía una cara extraña y le ofreció hacer caquita en el baño. Él aceptó y efectivamente hizo en el inodoro, como “grande” (dicho en su propia versión de la palabra). Aunque esto se ha repetido unas cuantas veces más, creemos que aún no está completamente preparado para dejar el pañal pero por lo menos ya empezó su entrenamiento, y lo mejor es que lo va haciendo voluntariamente. Mientras tanto seguiremos cambiando pañales y secando charquitos.

caquita

Primera

miércoles, 26 de mayo de 2010

Una amiga mía acaba de descubrir a Carlos González, sólo ha leído fragmentos de sus libros, algunas respuestas que ha publicado en foros o alguna entrevista y ya está, permíteme el término, fascinada con él (como todas las mamás que lo han leído). Le gusta su visión de la crianza y los consejos u orientaciones sobre cómo reaccionar con los hijos (como a todas las mamás que lo han leído) y además le gusta la forma en que lo explica (como a todas las mamás que lo han leído).

Como Zulema es una de esas “mamás que lo han leído” me pidió que hiciera una recopilación de las entrevistas, artículos e información pública (no sea que me cierren mi changarro por pirata) sobre Carlos González. Así que aquí va la primera entrada sobre este tema. Es una entrevista que salió publicada en el diario 20 minutos con motivo de la presentación de su nuevo libro “Entre tu pediatra y tú”.

Muchas madres me envidian. Carlos González me recibe para comer con él, publica un nuevo libro, 'Tu pediatra y tú' (Planeta) y tengo la oportunidad de conocer de una forma distendida a este gran abanderado de la crianza natural, el colecho (dormir en la cama con los hijos) y la lactancia materna, firme opositor del método del Dr. Estivill y su método para dormir a los bebés. Es más alto y más delgado de lo que parece en las fotografías. Y hay mucho más…

¿Se debe buscar a un pediatra acorde con la ideas de los padres, o cualquier pediatra es válido?
Cualquier pediatra es válido, el problema es que pedimos a los pediatras cosas que no son de su ámbito. Un pediatra es una persona que ha estudiado el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de los niños. Pero nos empeñamos en preguntarle cosas que no están relacionadas con su salud: si hay que cogerle en brazos o no, dónde tiene que dormir, qué hacer si no come.

¿Hay un exceso de información de cómo ser padres?
El exceso de información nunca es malo, lo malo es la desinformación o la información incorrecta. Por eso escribí el libro Bésame mucho, porque había leído libros sobre la crianza de los hijos que no me gustaban nada y pensé en escribir sobre lo contrario para que al menos los padres tengan dónde elegir. Me daba pena y rabia ver a tantos padres cuyo su deseo era atender a su hijo pero que no se atrevían a hacerlo porque algún experto había dicho que eso estaba mal. Durante miles de años, los padres han criado a sus hijos sin libros. Creo que los padres tienen buenos instintos, nunca he oído decir a una madre que diga: “yo lo dejaría llorar, pero como dicen que va a coger un trauma psicológico hago en esfuerzo y lo cojo, qué remedio”. En cambio sí me han dicho lo contrario: “Yo lo cogería en brazos, pero como dicen que se malacostumbra, no lo cojo”. Y pocas madres me dicen: “gracias a sus libros he aprendido cosas que no sabía”. Lo que me suelen decir es: “gracias a sus libros he recuperado la confianza en mí misma de ver que aquello que quería hacer no está mal como me decían”. Cuando un niño llora, lo normal es querer consolarlo, no se te ocurre dejarlo llorar; la gente que lo hace, lo hace en contra de su voluntad porque se lo han dicho. Y no digo que haya que meter al niño en la cama, sino que hacerlo no es malo.

¿Y el que no lo mete en la cama hace mal?
No, cada padre tiene que elegir lo que mejor le funcione.

¿Cree que existe una guerra de bandos respecto a la forma de criar a los hijos?
No, cada familia tiene que buscar y elegir lo que mejor le vaya, y tiene que saber que tiene libertad para elegir, que no solo hay una opción posible. Si dejas a tu niño en la cunita en su habitación y te va bien, estupendo. Pero si lo dejas y no se duerme, y llora, no un poquito, sino media hora, es que algo no va bien. Y si lo quieres dejar llorar y hacerle eso a tu hijo, tú verás si así puedes dormir.

Respecto al colecho, ¿qué ocurre entonces cuando se tienen hijos muy seguidos, o si es un parto múltiple?
Pues meter a toda la familia en la cama. Si tienes tres de golpe y se despiertan cada hora y media, pero no a la vez sino cuando ellos quieran, y conoces un método mejor que metértelos en la cama, por favor, dímelo.

¿Qué es lo que más preocupa a los padres?
La comida y el sueño, pero no sé hasta qué punto son modas. No creo recordar que antes de que saliera el libro de Estivill alguna madre me preguntara por el sueño de su hijo. Creadas las expectativas, se crean los problemas.

¿Ha debatido con Estivill?
Una vez, en un programa de radio, por teléfono. Resultó un poco confuso porque dijo que básicamente estaba de acuerdo conmigo. Y le dije: "Hombre, no diga eso, que los oyentes se van a liar, no estamos de acuerdo en nada".

¿En casa del herrero, cuchillo de palo?
No es que yo haya criado a mis hijos conforme a las teorías de mis libros, sino al revés, he escrito esos libros conforme a mi experiencia criando a mis hijos. Aunque supongo que podría haber mejorado la experiencia de los primeros meses de mi primer hijo (risas). Los primeros hijos están para hacer prácticas.

¿Qué significa para usted ser padre?
Es la cosa más importante que puedes hacer en la vida, al menos yo estoy seguro de que nunca haré en mi vida nada más importante.

¿Qué se necesita para criar a un hijo?
Tiempo y cariño. Cualquier animal cría a sus hijos y hasta cierto punto depende del instinto. Lo que no puede ser es que estar con tu hijo sea "una pérdida de tiempo". A un hijo no se le quiere por el hecho de que sea tu hijo, sino porque pasas mucho tiempo a su lado y te 'enamoras' de él. Entonces sabes qué hacer sin necesidad de leer ningún libro (ahora que no me oyen las editoriales).

Pero muchas madres no disponen de tiempo. ¿Es un mito la conciliación laboral?
Soluciones mágicas no existen: no puedes estar en dos sitios a la vez. Y a nuestras abuelas por lo menos las dejaban ir a trabajar con su hijo, como siguen haciendo muchas mujeres en el mundo, que llevan al niño atado a la espalda. En esta sociedad, aunque hay empleos que se podrían hacer con un niño en brazos, como una taquillera o una empleada de Hacienda, no se permite; está mal visto.

¿La culpa es de la sociedad?
También tenemos que admitir nuestra parte de culpa. Mi madre no trabajaba y mi padre ganaba poco. Jamás tuvimos coche y casi nunca nos fuimos de vacaciones -como mucho podíamos coger el autobús e ir a la playa a Castelldefels- pero yo sabía que mi madre siempre estaba en casa para cuidarme si me ponía enfermo. Tienes que plantearte cuáles son tus prioridades en la vida.

¿No cree que antes la gente ganaba más, proporcionalmente?
No, creo que la gente gastaba menos.

¿Entonces, el progenitor que no se queda en casa con su hijo es porque no quiere?
A ver, en este momento hay cuatro millones de parados en España, y casi nadie se muere de hambre. Mientras estás pagando la hipoteca con dos sueldos da la impresión de que no podrías vivir de otra manera. Pero de pronto uno de los dos se queda en paro y te das cuenta de que sigues viviendo. Muchas familias que se han quedado en paro los dos también siguen adelante.

¿Es cuestión de buscar las mañas?
Es cuestión de prioridades. Está claro que sin un piso no puedes vivir, pero sí se puede vivir sin un coche o sin vacaciones. Lo que sugiero a los padres es que si deciden cogerse una reducción de jornada, que no lo vean como pérdida de ingresos, sino como un gasto. Es decir, el dinero sirve para comprar cosas -el coche, unas vacaciones en las Seychelles, tres meses de estar con tu hijo-; sóoo tienes que decidir en qué te lo gastas.

¿Somos mejores padres de lo que fueron nuestros padres?
Hay mucha costumbre de decir que todos los padres son buenos padres, y eso es mentira. Hay malos tratos… Se puede decir que la inmensa mayoría intentan ser buenos padres pero no todos lo consiguen. Yo me crié en una época profundamente feminista: tenía la absoluta convicción de que los hombres éramos muy brutos. Y me hizo mucha ilusión cuando leí el libro de una norteamericana, Susan Allport, sobre la crianza de distintos animales que extrapolaba al hombre. Y comentaba que, si bien es cierto que antes había otra división del trabajo entre hombre y mujer y que los hombres no llevaban a los niños en brazos ni les cambiaban los pañales, eso no quiere decir que se desentendieran de ellos.

¿La liberación de la mujer ha sido un engaño?
Los libros que hablan de la liberación de la mujer los han escrito mujeres periodistas, mujeres escritoras, abogadas… mujeres que trabajan y se realizan. Nadie se realiza fregando escaleras, ni metiendo sardinas en una lata, o atendiendo en un supermercado. Eso de la realización con el trabajo es un mito creado por gente que tiene muy buenos trabajos. El trabajo no sirve para realizarse, sino para pagar facturas, te realizas con otras cosas. Incluso yo, que tengo un buen trabajo, no me realizo ni como pediatra ni escribiendo libros, yo me realizo como padre y como persona. Hemos llegado al absurdo de que la mujer que se queda en casa es una maruja, mientras que la mujer que friega la casa de otra es una mujer realizada. ¡Si es fregar igual! Me da la impresión de que a la mujer se le ha engañado con eso. La mayoría de los trabajadores lo que quiere es dejar de trabajar; mira qué cara se les ha puesto cuando han dicho que iban a alargar la edad de jubilación.

Muchos de nuestros padres nos criaron en la creencia de que era mejor dejar llorar al niño hasta que se calmaba solo. ¿Cree que eso puede crear un trauma? ¿Está nuestra generación traumatizada?
Eso es algo típico de los años 70, fue una época terrible. Los médicos te decían que por nada del mundo te podías meter al niño en la cama, que jamás podías cogerlo en brazos. Dudo mucho que tus abuelos hicieran eso con tus padres. Respecto a si eso crearía un trauma en los niños, no lo sé ni me importa. Se habla mucho de que si se hace esto o lo otro le va a crear al niño un trauma para toda la vida, y eso crea absurdos lógicos. Hay gente que dice que hasta nacer es un trauma. Una cosa es segura: todo lo que te ocurre influye en tu vida posterior.

¿Cree que a los niños que se les protege demasiado se les hace dependientes o inseguros?
Eso es una mentira tan obvia… La actual generación de jóvenes se criaron en las guarderías, se quedaban en el comedor del colegio, se iban de colonias, hacían actividades extraescolares… y ¿a qué edad se van de casa? Para la mayoría de las madres resulta doloroso separarse de su hijo. Si haces todos los esfuerzos y sacrificios para que sean independientes y al final la independencia es una cuestión meramente económica -y no hay mayor independencia que el irse de casa-, para qué perder el dinero y el tiempo en educarlos "como se debería". Disfruta educándolos como tú quieras.

Hay quien opina que a los niños les benefician las rutinas, ¿qué opina?
Supongo que habrá de todo: niños que estén más cómodos haciendo rutinas y otros que no. Los míos me daba la impresión de que no; no parecía importarles si un día no les bañaba a una hora concreta, más bien lo contrario, les divertía hacer cosas diferentes.

¿Por qué hay tanta disparidad de criterios respecto a la alimentación?
No hay ninguna base científica para decir una cosa u otra, por eso cada cual se lo inventa. Los organismos serios hacen recomendaciones generales, jamás nadie que sea serio te va a decir que le des 50 gramos de carne o la fruta a las cinco de la tarde.

¿Qué le diría a alguien que acaba de ser padre/madre?
Enhorabuena, que lo coja mucho en brazos y que le de muchos besitos.

Graduación

lunes, 24 de mayo de 2010

Mamá ha terminado su curso. Ahora es una Asesora de Lactancia Materna (en formación, matiza ella) reconocida por la Federació Catalana Grups de Suport a la Lactància Materna. (No se si sea prudente decir que aprobó con muy buena calificación así que mejor no lo comentaré.) Ha cursado cuarenta horas repartidas en seis sábados en tres meses. El curso terminó con un examen de setenta preguntas a responder en una hora. ¡¡Uf, más de una pregunta por minuto!! No se si yo sería capaz.

Durante los días que tocaba curso, Tenoch y yo pasamos mucho tiempo juntos, más de lo normal. Jugamos (a veces voluntariamente y otras sin conocimiento de causa), arreglamos y limpiamos la casa (cada uno a su manera), desayunábamos y preparábamos la comida juntos (Tenoch participaba más en la fase de prueba) y lo más divertido ¡¡¡viajamos en tren!!!.

 

Otra ventaja era que con el buen tiempo (que acompañó todos los días de curso) comimos en el parque, al aire libre, sentados en el pasto…

picnic

En fin, nos la pasamos muy bien, fue un curso que nos dejó conocimientos nuevos a todos y lo disfrutamos mucho. ¡Gracias y felicidades mamá!

Esta foto es de las Mares de Castelldefels (Ma Cas, el grupo de apoyo a la lactancia al que asiste mamá) que tomaron el curso.

GrupoLactancia

Buenas noticias…

viernes, 21 de mayo de 2010

Enterarse de un embarazo siempre da gusto. El anuncio de la próxima llegada de un bebé es siempre motivo de alegría, sobre todo cuando ese bebé llega para complementar a una pareja y empezar a formar los tres, una nueva familia.

Para los padres, la imaginación se pone a volar y recorre en un segundo nueve meses para tener al hijo entre los brazos, escuchar su primer llanto reclamando el abrazo materno y sentirse querido. Un segundo después el bebé ya se sienta y juega con su padre riendo a carcajadas con las caras y movimientos que le hace. Un par de segundos más tarde el bebé corre por la casa cogiendo con sus manitas todo lo que tiene a su alcance y su madre, que lo vigila desde lejos fingiendo que no lo ve, sonríe y recuerda que el amor que siente por él ahora ya lo sentía desde la primera vez que unas pruebas médicas le confirmaron su existencia dentro de ella. No ha pasado ni medio minuto y el pequeño corre inquieto por el parque escapando de papá que viene tras él extendiendo los brazos y dando unos pasos tan pequeños que tiene que hacer un verdadero esfuerzo para no perder el equilibrio. En cuarenta segundos el bebé tiene edad suficiente para entrar al colegio, para este entonces mamá se imagina explicándole al hermano o hermana menor, según haya sido el primero, que pronto él (o ella) también irá a la escuela. Se cumple el minuto y mamá vuelve a la realidad al sentir sus propias manos tocándose el vientre y sorprender las de su marido dándole caricias. Se miran a la cara y notan que comparten una sonrisa tierna y picaresca. Esa luz que apareció hace unos días en sus ojos al confirmar la existencia de su hijo, ha crecido durante este viaje que han hecho juntos en el tiempo. “Hola MAMÁ” “Hola PAPÁ” se dicen uno a la otra mientras se funden los tres en un abrazo tierno y duradero.

Enterarse de un embarazo siempre da gusto. La alegría es mayor cuando esa familia son personas cercanas y se les tiene una gran estima. La alegría es más grande todavía cuando el futuro papá de esa criatura es el único lector confeso de este blog. FELICIDADES MyE!

P.D. Irónicamente, el tiempo que vuela en la imaginación, donde se pueden vivir 4 o más años en un minuto, parece ir incluso más lento cuando se trata de las revisiones médicas para ver o siquiera escuchar al pequeño.